Adultos. Traumas y Tratamiento de cuadros de estrés postraumático

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Un evento traumático es aquel que supera la capacidad que tiene una persona para asimilarlo y gestionarlo emocionalmente.

Las personas contamos con diferentes herramientas psicológicas para hacer frente a las situaciones negativas que podemos encontrarnos en la vida, que pueden suponer la exposición a daño, peligro, etc.

Existen ocasiones en que vivimos sucesos extremadamente agresivos, por ejemplo, cuando llegamos a temer por nuestra propia vida o integridad física, o por la de otras personas, o cuando estamos expuestos a un maltrato psicológico intenso por parte de una persona muy cercana. Si la intensidad y frecuencia de aparición de estos sucesos es superior a nuestra capacidad para integrarlos, podemos desarrollar un trastorno de estrés postraumático.

Según el DSM 5 y el DSM 5 TR, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático. Este episodio puede poner en peligro la vida, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o una agresión sexual. A veces el evento no es necesariamente peligroso. Por ejemplo, la muerte repentina e inesperada de un ser querido también puede causar TEPT.

Es normal sentir miedo durante y después de una situación traumática. El miedo desencadena una respuesta de "lucha o huida". Esta es la forma en que el cuerpo busca protegerse de posibles peligros. Causa cambios en el cuerpo, como la liberación de ciertas hormonas y aumenta el estado de alerta, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración.

Con el tiempo, normalmente la mayoría de las personas se recuperan bien. Pero las personas con TEPT no, se sienten estresados y asustados mucho después de que el trauma haya terminado. En algunos casos, los síntomas de TEPT pueden comenzar más tarde.

Los síntomas pueden incluir reviviscencias, pesadillas y angustia grave, así como pensamientos incontrolables sobre la situación.

De forma general, los síntomas del trastorno por estrés postraumático se agrupan en 4 tipos: recuerdos intrusivos, evasión, cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo, y cambios en las reacciones físicas y emocionales. Los síntomas pueden variar con el paso del tiempo o según la persona.

Los síntomas de los recuerdos intrusivos pueden ser los siguientes:

  • Recuerdos indeseados e inquietantes de un evento traumático que regresan una y otra vez.
  • Revivir UN hecho traumático como si estuviera sucediendo otra vez, conocidos como recuerdos recurrentes.
  • Sueños perturbadores o pesadillas acerca de un evento traumático.
  • Sufrimiento emocional grave o reacciones físicas a algo que te recuerde un evento traumático.

Los síntomas evitativos pueden ser los siguientes:

  • Tratar de evitar pensar o hablar acerca de un evento traumático.
  • Evitar lugares, actividades o personas que te recuerden un evento traumático.

Los síntomas de los cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo pueden ser los siguientes:

  • Pensamientos negativos sobre ti mismo, otras personas o el mundo en general.
  • Sentimientos negativos constantes de temor, culpa, ira o vergüenza.
  • Problemas de memoria, por ejemplo, no recordar aspectos importantes de un evento traumático.
  • Sentirte distanciado de tus familiares y de tus amigos.
  • Pérdida de interés en las actividades que antes te gustaban.
  • Tener problemas a la hora de sentir emociones positivas.
  • Sentirte emocionalmente insensible.

Los Cambios en reacciones físicas y emocionales, también llamados síntomas de excitación, pueden ser:

  • Sobresaltarte o asustarte fácilmente.
  • Estar siempre alerta al peligro.
  • Conducta autodestructiva, como por ejemplo beber en exceso o conducir demasiado rápido.
  • Problemas para dormir.
  • Dificultad para concentrarte.
  • Irritabilidad, arrebatos de ira o conducta agresiva.
  • Reacciones físicas, como sudoración, respiración agitada, ritmo cardíaco elevado o temblores.

En los niños de 6 años y menores, los síntomas también pueden incluir los siguientes:

  • Recrear un evento traumático o aspectos de este a través del juego.
  • Sueños aterradores que podrían o no incluir aspectos de un evento traumático.

Si te sientes identificado/a con la sintomatología que acabas de leer, puedes ponerte en contacto y pedir cita para realizar una evaluación inicial